Las causas por las que altos niveles de estrés afectan negativamente a la fertilidad son debidos a que se producen cambios hormonales en el cuerpo al liberarse desde la gandula suprarrenal, altos niveles de adrenalina y de cortisol, estas hormonas son necesarias para poder enfrentarnos a situaciones críticas incluidas las preocupaciones, los nervios y cambios emocionales en los que se requieren aportes extra de sangre y oxígeno, la adrenalina y el cortisol son las que nos permiten reaccionar ante situaciones límite.

La adrenalina viaja al cerebro y altera el buen funcionamiento de la hipófisis, del hipotálamo y de hipófisis (sistema neuroendocrino), que se encarga entre otras muchas cosas, de la producción de hormonas sensibles en los procesos reproductivos tales como: la hormona luteinizante (LH) quien desencadena la ovulación en la mujer y la producción de testosterona en los hombres; la hormona foliculoestimulante (FSH) quien estimula la secreción de estrógenos; la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y la Prolactina involucrada en los procesos de ovulación, fecundación e implantación.
En la mujer las altas concentraciones de adrenalina provocan bloqueos hormonales, que alteran la liberación de LH y afectan la correcta ovulación, además puede modificar el desarrollo y la maduración ovocitaria, disminuyendo la calidad de los ovocitos. En los hombres las altas concentraciones de adrenalina alteran la producción de testosterona que afectan la producción y calidad espermática.
Altas concentraciones de adrenalina también aumentan los niveles de prolactina, hormona que afecta a la ovulación y además se liberarían sustancias inflamatorias que actuarían en el útero y podrían influir la fecundación, la implantación, e inducir abortos. Todo esto haría mucho más difícil la concepción y conseguir tener un recién nacido vivo en casa.