La innovación es una herramienta fundamental en la mejora del cuidado de la salud. Pero no debemos olvidar que la evidencia de seguridad y efectividad es necesaria antes de la implementación de nuevas intervenciones a la práctica clínica.

Cuando adoptamos una nueva tecnología es importante considerar si es posible generalizar los datos que provienen de los estudios de investigación, la curva de aprendizaje para nuevas competencias técnicas y el consentimiento informado.

Vivimos en la era de información, y tanto médicos como pacientes recibimos permanentemente anuncios de nuevas intervenciones terapéuticas para mejorar los resultados de los tratamientos.

Ante la noticia de una nueva técnica o medicamento debiéramos preguntarnos:

  • Hay suficiente evidencia proveniente de la investigación que avale su efectividad?
  • Los hallazgos de la investigación son aplicables al medio de trabajo en el que nos encontramos?
  • Existe seguimiento que aporte datos sobre su efectividad?
  • Sabemos que es seguro a corto y largo plazo?
  • Es costo-efectiva?
  • En cuanto modifica realmente las tasas de embarazo?

La comunicación clara y transparenten es la base de la relación-médico paciente. Los profesionales debemos informar para que los pacientes puedan decidir.